Temporada de lluvias 2024: ¿Cuándo comienza y cómo será el clima?
Experto en Hidrometeorología Advierte sobre Aumento de Temperaturas y Esperada Temporada de Lluvias en Venezuela
Según Valdemar Andrade, reconocido ingeniero y especialista en hidrometeorología, el país experimentará un período prolongado de altas temperaturas sin lluvias debido a diversos factores climáticos. Andrade destacó que aunque el calor es típico en los meses de marzo y abril, este año se prevé un aumento significativo de las temperaturas, provocado por el calentamiento de la masa del Atlántico y la influencia de fenómenos como El Niño.
El experto explicó que el calentamiento de la masa del Atlántico está trasladando una considerable cantidad de calor al continente mediante los vientos alisios del noroeste, lo que contribuye a las altas temperaturas y a la ausencia de lluvias. Además, la influencia de El Niño agrava esta situación, prolongando los períodos secos.
Actualmente, Venezuela lleva 51 días consecutivos sin precipitaciones, lo que ha generado preocupación en la población. Sin embargo, Andrade aseguró que esto cambiará pronto, ya que la temporada de lluvias está programada para iniciar en abril. Esta predicción se ve respaldada por el aumento en los niveles del Río Orinoco y Ayacucho, que comenzaron a subir hace dos días.
“Andrade señaló que los vientos que se sintieron durante la Semana Santa eran consecuencia de un frente estacionario frente a las costas orientales del país”, informó el comunicado.
El especialista también anticipó que para agosto de 2024 se espera que comience la influencia del fenómeno de La Niña, el cual suele generar un aumento en las precipitaciones. No obstante, aún es temprano para determinar si será un evento débil, moderado o fuerte, y se necesitará esperar hasta julio para obtener una mayor certeza al respecto.
En este sentido, Andrade destacó la importancia de la preparación ante eventos climáticos extremos, como La Niña, instando a los gobiernos a implementar medidas preventivas, tales como la limpieza de quebradas, operativos en embalses para sistemas de riego y el mantenimiento adecuado de acueductos para la generación hidroeléctrica, con el fin de garantizar un suministro de energía estable y mitigar los posibles impactos negativos en la población.