¿Por qué no debes lavar el pollo antes de cocinarlo?

Expertos en salud y seguridad alimentaria advierten sobre los riesgos de lavar el pollo antes de cocinarlo y revelan la parte más perjudicial del ave En los últimos años, se ha popularizado la idea de lavar el pollo antes de cocinarlo como medida de higiene, sin embargo, expertos en salud y seguridad alimentaria han emitido una advertencia contundente: no es recomendable lavar el pollo antes de cocinarlo.

El lavado del pollo puede provocar la dispersión de bacterias como la salmonella por toda la cocina, aumentando el riesgo de contaminación cruzada y enfermedades transmitidas por alimentos.

Es importante recordar que cocinar el pollo a una temperatura segura es suficiente para eliminar cualquier bacteria presente en la carne. Además, se ha identificado que la parte más perjudicial del pollo es la piel.

La piel del pollo contiene altas concentraciones de grasas saturadas y calorías, lo que puede contribuir a problemas de salud como la obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Por lo tanto, se recomienda retirar la piel antes de cocinar el pollo para reducir la ingesta de grasas poco saludables. En este sentido, los expertos hacen un llamado a la población a seguir prácticas seguras en la manipulación y preparación de alimentos, evitando acciones como lavar el pollo antes de cocinarlo y priorizando una correcta cocción para garantizar la seguridad alimentaria.

Expertos en salud y seguridad alimentaria alertan sobre la presencia de bacterias como la campylobacter en el pollo crudo, causante de la enteritis por intoxicación alimentaria más común En el marco de las preocupaciones relacionadas con la seguridad alimentaria, expertos en salud y seguridad alimentaria han identificado la presencia de bacterias como la campylobacter en el pollo crudo, una de las principales causantes de la enteritis por intoxicación alimentaria.

La campylobacter es una bacteria patógena que puede encontrarse en el pollo crudo y que, al ser ingerida, puede provocar síntomas como diarrea, fiebre, vómitos y malestar general. Esta bacteria es una de las responsables de la enteritis por intoxicación alimentaria más común en la población, por lo que es fundamental tomar medidas para prevenir su contaminación y propagación.