América Latina

Juan José Zúñiga Macías, el señalado líder del “intento de golpe de Estado” en Bolivia

En un dramático giro de los acontecimientos políticos en Bolivia, el presidente Luis Arce ha denunciado públicamente un intento de golpe de Estado perpetrado por movimientos irregulares dentro del Ejército boliviano. Estos eventos han desatado una profunda crisis política y social en el país sudamericano.

El miércoles por la tarde, vehículos militares y soldados se posicionaron en y alrededor de la Plaza Murillo en La Paz, donde se encuentran tanto el Palacio Quemado, sede del gobierno, como el Palacio Legislativo. Estos movimientos fueron liderados por el general de división Juan José Zúñiga Macías, quien, según el presidente Arce, ha liderado una serie de acciones que amenazan la estabilidad democrática de Bolivia.

El general Zúñiga, quien fue designado comandante general del Ejército por decreto presidencial en 2022, ha sido destituido de su cargo tras realizar comentarios controversiales contra el expresidente Evo Morales. Este suceso ha exacerbado las tensiones políticas en un país ya dividido por décadas de conflictos ideológicos y regionales.

Desde la Plaza Murillo, el general Zúñiga defendió sus acciones ante los medios, afirmando que las Fuerzas Armadas han respondido a un descontento generalizado dentro de las filas militares. Afirmó además que se formaría un nuevo gabinete de ministros, una declaración que ha sido recibida con alarma tanto dentro como fuera de Bolivia.

Ante esta situación crítica, el presidente Arce ha tomado medidas decisivas para restablecer el orden. En una declaración emitida desde el Palacio Quemado, Arce anunció la designación del general José Sánchez como nuevo comandante general del Ejército boliviano. En un acto público, Sánchez ordenó a las tropas desplegadas en La Paz que regresaran a sus cuarteles, una decisión que fue acogida con alivio por la población que temía un recrudecimiento de la violencia.

Simultáneamente, Arce también nombró a Wilson Guardia y Gerardo Zabala como jefes de la Armada y la Fuerza Aérea de Bolivia, respectivamente, en un esfuerzo por consolidar el control gubernamental sobre las fuerzas armadas del país.

La situación continúa evolucionando rápidamente en Bolivia, con manifestaciones tanto a favor como en contra del gobierno, mientras la comunidad internacional observa con cautela los acontecimientos. Las próximas horas y días serán decisivos para el futuro inmediato de la democracia boliviana y la estabilidad regional.

Este incidente ha puesto de relieve las tensiones persistentes en un país con una historia marcada por golpes de Estado y conflictos sociales. La comunidad internacional, incluidos organismos como la OEA y Naciones Unidas, ha expresado su preocupación por la situación y ha llamado a la calma y al respeto por las instituciones democráticas.


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