Cibercondría: cómo la búsqueda excesiva de información médica en internet puede afectar tu salud mental
En la era digital, la información está disponible al alcance de un clic, lo que puede convertir la salud en una obsesión para muchos. Las redes sociales y el internet ofrecen acceso a una gran cantidad de conocimiento médico, pero también han dado lugar a una condición preocupante conocida como cibercondría.
Juan José Soza, psicólogo y docente en Continental University of Florida, explica en Hogar y Familia que la cibercondría es un término relativamente nuevo, formado por la combinación de ‘ciber’ (relacionado con la tecnología digital) y ‘hipocondría’ (preocupación excesiva e injustificada por la salud). Esta condición se refiere a la ansiedad o preocupación por la salud que surge del uso de internet para buscar información médica.
Las personas con cibercondría tienden a buscar compulsivamente información en línea sobre sus síntomas, lo que a menudo las lleva a autodiagnosticarse enfermedades graves. A diferencia de la hipocondría tradicional, donde la preocupación surge de la interpretación personal de los síntomas físicos, la cibercondría se agrava debido a la sobrecarga de información en internet. Esta información suele ser alarmante e incorrecta, lo que aumenta la confusión y el temor.
¿Quiénes son más propensos a desarrollar cibercondría?
Rossana Carlos Ríos, psicóloga y miembro del comité asesor de psicología educativa del Colegio de Psicólogos del Perú, señala que la cibercondría puede afectar a diversas personas. Sin embargo, aquellas con antecedentes o predisposición a la ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo, la hipocondría o la depresión son más propensas a buscar constantemente información médica en internet e interpretar de manera exagerada los síntomas.
Los jóvenes que experimentan cibercondría suelen buscar excesivamente síntomas médicos en internet y frecuentar foros o sitios web médicos para confirmar sus miedos e interpretar erróneamente la información encontrada. Esto puede llevarlos a presentar síntomas como ansiedad, palpitaciones, sudoración y preocupación constante. Además, como afirma Soza, es común que eviten actividades que creen podrían empeorar sus supuestos problemas de salud, como reuniones o eventos sociales, por temor a estar enfermos o contraer una afección.
